
Imágenes en redes sociales de Mandalay, ciudad de 1,6 millones de habitantes ubicada cerca del epicentro, muestran calles enteras donde una de cada dos casas se derrumbó o resultó dañada. Según la ONU, se estima que alrededor de 20 millones de personas en el país dependen de la ayuda humanitaria.
La electricidad y las líneas telefónicas en el centro de Birmania funcionan solo esporádicamente, si es que alguna vez funcionan. DW contactó a personas en Yangón que llevan horas esperando ansiosamente noticias de sus amigos y familiares en Mandalay, la segunda ciudad del país y su antigua capital.

Desesperación e impotencia
Tun Myint (nombre ficticio por protección) contó a DW que sus amigos lograron escapar del sismo con vida. Pero por temor a las réplicas y a que sus casas ya no sean seguras, se refugian en las calles.
“Hablan de oír llamadas de auxilio de personas atrapadas. Pero poco pueden hacer. Falta equipo pesado. Y si ese es el caso en Mandalay, ¿cómo será en las regiones más remotas y aisladas?”, plantea con visible preocupación.
El terremoto, de 7,7 grados en la escala de Richter, causó aún más destrucción en un país ya gravemente afectado por una intensa fase de guerra civil desde el golpe de Estado de 2021. El epicentro se situó cerca de la ciudad de Sagaing, no lejos de Mandalay, una de las regiones más disputadas en la guerra civil.
Incluso antes del terremoto, la infraestructura había resultado gravemente dañada por los bombardeos del régimen militar y los combates entre diversas facciones. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, una de cada cuatro personas vive en la pobreza desde la pandemia de COVID-19 y la guerra civil, mientras que la Agencia de la ONU para los Refugiados registra 3,6 millones de desplazados internos en Birmania.

Los temblores destruyeron innumerables edificios residenciales y universitarios, y sobre todo hospitales, estaciones de bomberos y centros de salud.
Los aeropuertos de Mandalay y de la nueva capital, Naipyidó, también sufrieron daños y numerosos puentes y carreteras quedaron intransitables. Las regiones más afectadas están controladas por una combinación de diferentes actores de la guerra civil, lo que dificulta aún más las labores de rescate.
La junta militar solicitó ayuda a la comunidad internacional. Rusia, China, India, Singapur, Estados Unidos y la Unión Europea prometieron ayuda. Los primeros suministros de socorro y equipos de búsqueda ya llegaron al país asiático.
El Gobierno de Unidad Nacional anunció un alto al fuego unilateral de 14 días tras el terremoto. El gobierno birmano en el exilio está compuesto por representantes parlamentarios electos en los comicios de 2020 y ha estado organizando la lucha armada contra el gobierno militar desde el golpe de Estado de 2021.

FUENTE:DW
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