Una buena digestión es clave para mantener nuestro bienestar y energía diaria. Para favorecerla, es importante adoptar hábitos alimenticios conscientes y equilibrados. Comer despacio, masticar correctamente los alimentos y evitar el exceso de comida en cada comida son pasos fundamentales.
Incorporar fibra en la dieta, presente en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, ayuda a regular el tránsito intestinal y evita problemas como el estreñimiento. También es recomendable mantener una adecuada hidratación, bebiendo suficiente agua a lo largo del día, lo que facilita la digestión y previene la hinchazón.
Limitar el consumo de alimentos ultraprocesados, ricos en grasas y azúcares refinados, contribuye a que el sistema digestivo funcione de manera óptima. Asimismo, los probióticos, presentes en yogur, kéfir o suplementos, pueden equilibrar la flora intestinal y mejorar la absorción de nutrientes.
El ejercicio físico regular, aunque sea caminar 30 minutos diarios, favorece el movimiento intestinal y reduce la sensación de pesadez. Además, mantener horarios de comida constantes y evitar comer justo antes de dormir ayuda a que la digestión se realice de manera más eficiente.
Finalmente, controlar el estrés y dormir bien son factores clave, ya que la ansiedad y la falta de descanso afectan directamente la función digestiva. Adoptar estos hábitos puede marcar una gran diferencia en nuestra salud intestinal y en nuestro bienestar general.
Créditos: Fuente: Especialistas en nutrición y digestión, Clínica de Salud Integral, 2025.
Leave a comment